Tener suficiente luz natural y que el sol entre mientras cocinamos o comemos, es vida. Por eso, es importante contar con una ventana en la cocina y que esté ubicada correctamente. Si es una nueva vivienda o en la reforma de la cocina existe la posibilidad de modificarla, es fundamental contar con una distribución de los muebles de cocina antes de instalarla. Porque dentro de un proyecto, todos los elementos están relacionados y nada se debe dejar al azar.

La Ventana de la Cocina

En la mayoría de las viviendas, la ventana de la cocina, suele dar a un patio interior o a la parte menos noble de la casa. Pero cuando a través de la ventana tenemos unas bonitas vistas, esto es un verdadero lujo, y más en estos días que todo contacto con el exterior es bienvenido.

Cuando veo imágenes de cocinas con vistas espectaculares no me resisto a compartirlas. Porque además de ser muy agradables de ver, siempre son fuente de inspiración aunque se carezca de vistas. Viendo la ubicación de la ventana con respecto a los muebles de cocina, el diseño de la ventana, el color,  acabado…. todo nos puede ayudar dentro de un proyecto personal.

A la hora de elegir una ventana

Las ventanas además de proporcionar luz, sol y para los más afortunados, vistas, tienen la función de aislar la cocina al exterior. Consiguiendo reducir el gasto energético y por lo tanto, contribuyendo a que sea una cocina más sostenible. Pero también, hay que saber que para elegir una ventana hay que tener en cuenta unas pautas: 

• Los materiales para la ventana. El aluminio, es un material asociado a las ventanas, aunque cuenta con reducidas prestaciones como aislante. Se trata de un metal y por lo tanto un material conductor tanto del frío como del calor.  Sin embargo es un material resistente a golpes y con una amplia variedad de acabados. Las ventanas de PVC ofrecen un alto poder de aislamiento, fácil mantenimiento y una larga vida útil siendo 100% reciclable. Y las ventanas de madera, aportan un valor estético a la cocina y unos buenos valores de aislamiento. Pero tienen el inconveniente de requerir un mantenimiento periódico para mantener las ventanas en buenas condiciones año tras año. 
• El clima y la ubicación. Porque hay que pensar en qué tipo de ventana hay que instalar cuando el clima sea húmedo o cuando exista contaminación sonora. Para que una cocina sea agradable, hay que contar tanto con el aislamiento térmico como el acústico. Por lo tanto hay que tener en cuenta el conjunto de la carpintería de la ventana: el perfil y el tipo de acristalamiento. Por ejemplo, una cocina orientada al sur, precisará de un acristalamiento que refleje la radiación solar y al mismo tiempo reduzca las pérdidas de energía hacia el exterior de la vivienda, como es el caso del aire acondicionado.
• Tipo de Apertura. Influyendo en el espacio y en su comportamiento frente al agua, aire y viento. La ventanas de la cocina suelen contar con apertura corredera, al ser un espacio más reducido, evitando el obstáculo de las hojas. Pero en cocinas más grandes o cuando la ventana está situada en un lugar donde no moleste, pueden ser de apertura practicable o su variante oscilobatiente, con una o varias hojas.
• Una vez elegido el modelo de la ventana más adecuado a la cocina, hay que contar con profesionales. Una ventana con excelentes prestaciones si no está correctamente instalada, puede ser una fuente de entrada de agua y viento. Por lo tanto, es muy importante el trabajo de instalación y que debe realizar un profesional que aporte confianza. 

En estos días valoramos todo lo que podemos ver a través nuestras ventanas y también, apreciamos la importancia que tiene cada elemento de nuestra casa. Es un buen momento para ver qué podemos mejorar y cuando pase todo, ponernos manos a la obra. 

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Vía: Pinterest